viernes, 28 de febrero de 2025
SANSÓN
miércoles, 19 de febrero de 2025
BENDICIÓN
que el sol brille sobre tu rostro,
que la lluvia caiga suave sobre tus campos,
que el viento sople siempre a tu espalda.
Que guardes en tu corazón con gratitud
Que todo don de Dios crezca en ti
Que tus ojos reflejen un brillo de amistad,
Que la fuerza de Dios te mantenga firme,
y que, hasta que volvamos a encontrarnos,
en la palma de su mano».
domingo, 9 de febrero de 2025
LA MIRADA DEL CATEQUISTA
Los ojos de Jesús, su mirada y su forma de contemplar sirven de modelo para todo catequista. Conocemos esta expresión: "lo esencial es invisible a los ojos" del escritor francés Antoine de Saint-Exupery, autor de El Principito.
La mirada del catequista busca lo esencial en las personas y en las situaciones. En la oración, aprende a mirar como Él y a contemplar el mundo como Dios lo mira. Los ojos son el espejo del alma y el catequista comunica mejor cuando sus ojos se parecen a los ojos de Jesús.
En este decálogo encuentra el catequista la fuente donde mirarse para crecer, pedir perdón por sus durezas y juicios, saber alegrarse y llorar cuando su vista se llena de misericordia. Este decálogo es un colirio para los ojos del catequista, para que rebosen compasión y ternura.
1. Es una mirada detallista queda valor a lo pequeño, como la mujer que buscaba el dracma perdido.
2. Su mirada está pendiente de todos, especialmente del que se ha perdido o se marchó. Va en su busca, como en la parábola de la oveja perdida.
3. Su mirada contempla el horizonte y siempre espera, como el Padre en la parábola del hijo que se marchó de casa.
4. Su mirada está llena de afecto, como en la mirada de Jesús al joven rico.
5. Su mirada se detiene en los que están fuera del camino, como en Zaqueo.
6. Sus ojos están llenos de misericordia, como en la mirada al Buen ladrón, San Dimas.
7. Su mirada contempla siempre la fuerza de la vida, no se da por vencido a pesar de la aparente muerte, como en la hija de Jairo.
8. Su mirada no juzga, no recrimina, no condena tal como hizo Jesús en su encuentro con la Samaritana junto al pozo de Siquem.
9. Su mirada es compasiva y llena de ternura, como la del buen samaritano, que ve cuando otros pasaron de largo.
10. Su mirada es profunda, sabe leer los acontecimientos de la vida desde el corazón, a ejemplo de María de Nazaret.
he sido incorporado a la misión
de anunciar el Evangelio a los pobres,
para llevar liberación
a toda clase de cautivos,
para abrir a la libertad
a cuantos estaban encerrados
en sus jaulas y prisiones.
jueves, 6 de febrero de 2025
SANSÓN
Sansón era un israelita al que Dios dio una fuerza extraordinaria para salvar a su pueblo de los filisteos, una nación vecina que los había sometido. Sus padres lo consagran a Dios y lo convierten en nazar, por eso no podía beber alcohol ni cortarse el pelo. Si se lo cortaba perdería fuerza que venía de Dios.
Cuando creció, Sansón se enamoró de una mujer filistea, del pueblo de sus enemigos. El día de la boda los filisteos le engañaron y, del enfado, les declaró la guerra y con una quijada de burro mató a un ejército de mil hombres.
Para que los filisteos supieran que no tenían nada que hacer contra Sansón, fue a su ciudad más importante y arrancando las puertas de las murallas, unas puertas enormes, se las llevó a cuestas.
Su fuerza era tan grande que un día se encontró con un león y lo mató con sus propias manos como si fura un cordero, según dice la Biblia. Quizá sea esta la hazaña más recordada de Sansón.
Los filisteos, para librarse de Sansón, le pagaron a Dalila, una mujer muy hermosa, para que averiguara el secreto de la fuerza de Sansón. Después de muchos intentos, Dalila lo averiguó y cuando Sansón estaba durmiendo le cortó el pelo.
Al perder su fuerza, enseguida cayó en manos de sus enemigos que lo hicieron prisionero, y todavía asustados por la fuerza que había tenido Sansón, le dejaron ciego y le pusieron a tirar de una rueda de molino como si fuera un animal.
En las fiestas del dios de los filisteos, éstos quisieron reírse de su prisionero y del Dios que ya no le daba su fuerza, y lo llevaron a su templo. A Sansón le había ido creciendo el pelo, por lo que recuperó su fuerza y, apoyándose en las columnas que lo sostenían, derribó el templo y así murió junto a sus enemigos.
Sansón siempre ha sido imagen del hombre que, elegido por Dios para realizar una misión, cede a sus debilidades y no le es totalmente fiel -por eso fue vencido por Dalila-, pero que siempre puede volver al camino trazado por Dios.