En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo esté con todos vosotros.
Y con tu espíritu.
- Rito penitencial
Pedimos humildemente perdón al Señor por nuestras faltas.
Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Amén
* Señor ten piedad. Señor ten piedad.
* Cristo, ten piedad. Cristo ten piedad.
* Señor ten piedad. Señor ten piedad.
- Gloria
Alabamos a Dios, reconociendo su santidad, al mismo tiempo que nuestra necesidad de él.
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
- Oración colecta
Es la oración que el sacerdote, en nombre de toda la asamblea, hace al Padre. En ella recoge todas las intenciones de la comunidad.
-Si se dirige al Padre: Por nuestro salvador Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
-Si se dirige al Padre, pero al fin de esa oración se menciona al Hijo: Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
-Si se dirige al Hijo: Tu que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Escuchamos a Dios que se nos da como alimento en su Palabra y respondemos cantando, meditando y rezando.
-Primera Lectura
En el Antiguo Testamento Dios nos habla a través de la historia del pueblo de Israel y sus profetas.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
- Salmo responsorial
El Salmo Responsorial pone en práctica dos acciones: escuchar y responder. Por eso se llama "responsorial". El Salmo es el canto más importante de la Liturgia de la Palabra. No es un simple canto de meditación sino que forma parte de la Biblia (Antiguo Testamento).
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
- Segunda Lectura
En el Nuevo Testamento Dios nos habla a través de los apóstoles.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
- Evangelio
El canto del Aleluya nos dispone a escuchar la proclamación del misterio de Cristo.
El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu.
Lectura del santo Evangelio según san... Gloria a ti, Señor.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
- Homilía
Tiene por finalidad explicar la Palabra de Dios proclamada en las lecturas y actualizar su mensaje para poder confrontar nuestra vida con ella.
- Credo
Rezamos juntos confesando y proclamando nuestra fe en el Credo. Allí está resumido todo lo que creemos los cristianos católicos. Por eso también se le llama símbolo o profesión de fe.
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo
visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos
los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho; que, por
nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu
Santo se encarnó María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer
día, según las Escrituras y subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre; y de
nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los
profetas. Creo en la Iglesia, que es una , santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
.
-Oración de los fielesBendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre,
que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida.
Bendito seas por siempre, Señor.Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre,
que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación.
Bendito seas por siempre, Señor.
Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso..
El Señor reciba de tus manos este sacrificio,
para alabanza y gloria de su nombre,
para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
- Procesión de ofrendas
Presentamos el pan y el vino que se transformarán en el cuerpo y la sangre de Cristo. Realizamos la colecta en favor de toda la Iglesia.
-Oración sobre las ofrendas / Ofertorio
Con esta oración ponemos en las manos de Dios los dones que trajimos, no sólo el pan y el vino, sino también nuestras vidas.
El señor esté con vosotros. Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario.
- Santo / Prefacio
Cantamos y damos gracias alabando a Dios el tres veces santo.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias, Padre Santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado.
Por eso con los ángeles y los santos proclamamos tu gloria, diciendo:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
- Consagración
El sacerdote hace "memoria" de la Última Cena, pronunciado las mismas palabras de Jesús. El pan y el vino se transforman en el cuerpo y en la sangre de Jesús.
Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu espíritu, de manera que se conviertan para nosotros en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada, tomó pan; dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
Del mismo modo acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo:
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR MUCHOS PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
- Aclamación
Aclamamos el misterio central de nuestra fe.
Este es el Sacramento de nuestra fe:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¿Ven, Señor Jesús!
- Intercesiones
Ofrecemos este sacrificio de Jesús en comunión con toda la Iglesia. Pedimos por el papa, por los obispos, por los difuntos y por todos nosotros.
Así pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia. Te pedimos, humildemente, que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Acuérdate Señor, de tu iglesia extendida por toda la tierra; y con el Papa..., con nuestro Obispo... y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo San José, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de os tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.
- Doxología
El sacerdote ofrece al Padre el cuerpo y la sangre de Jesús.
Por Cristo, con Él y en Él, a ti Dios Padre omnipotente, Todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Amén
- Rito de la Comunión
Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
- Padrenuestro
Preparándonos para comulgar, rezamos al Padre como Jesús nos enseñó.
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
- Rito de la paz
Al Padre Nuestro le sigue el rito o gesto de la paz, mediante el cual los fieles se desean la paz y expresan su comunión con toda la Iglesia. El gesto puede variar según el lugar en el que se realice la celebración, pero suele consistir en un saludo de manos a quienes se encuentran ubicados cerca.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La "paz os dejo, mi paz os doy"; no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.
Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
La paz del Señor esté siempre con vosotros. Y con tu espíritu.
Daos fraternalmente la paz.
(Según sea la costumbre, se intercambia un signo de paz con los más cercanos).
- Fracción del pan
El sacerdote parte el Pan y deja caer una parte de la hostia en el cáliz para significar la unidad del Cuerpo y la Sangre del Señor, en la obra de la salvación, es decir, del Cuerpo de Cristo Jesús viviente y glorioso.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
- Comunión
Llenos de alegría nos acercamos a recibir a Jesús, pan de vida. Antes de comulgar hacemos un acto de humildad y de fe.
El sacerdote realiza una oración en secreto y muestra el pan sobre la patena o sobre el cáliz a los fieles. Luego, los invita a participar del banquete de Cristo y todos juntos pronuncian un acto de humildad.
Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
El Cuerpo de Cristo.
Amén.
Oración
Damos gracias a Jesús por haberlo recibido y le pedimos que nos ayude a vivir en comunión.
RITOS DE DESPEDIDA
Son ritos que concluyen la celebración.
- Bendición
Recibimos la bendición de Dios por medio del sacerdote.
El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu.
La bendición de Dios todopoderoso... (todos se santiguan) descienda sobre nosotros.
Amén.
Podéis ir en paz.
Demos gracias a Dios.
- Despedida y envío
Alimentado con el pan de la Palabra y de la Eucaristía volvemos a nuestras actividades, a vivir lo que celebramos, llevando a Jesús en nuestros corazones.
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