domingo, 9 de julio de 2017

JUAN EL BAUTISTA

Zacarías, un sacerdote judío, estaba casado con Isabel. No tenía hijos. un día, cuando estaba rezando en el templo, se le apareció un ángel. Zacarías se asustó, y el ángel, para tranquilizarle, le dijo:
 _ "No temas, Zacarías. Tu oración ha sido escuchada y tu mujer Isabel tendrá un hijo, al que pondrás por nombre Juan, Será bendito desde el momento de su nacimiento, convertirá a muchos israelitas y preparará al pueblo para recibir al Señor."

Pero Zacarías e Isabel ya eran viejos y parecía difícil que pudieran tener hijos. Así se lo dijo Zacarías al ángel, el cual contestó:
_ "Yo soy Gabriel, que vivo junto al Señor y he sido enviado a hablarte y comunicarte esta buena noticia."

Zacarías, por haber dudado de lo que le anunciaba el ángel, quedó mudo. Y así estuvo todo el tiempo que pasó hasta el nacimiento de su hijo.
Llegó la hora de poner un nombre al recién nacido y todos le preguntaban al padre. Zacarías escribió en una tablilla:
_ "Juan es su nombre."

Al momento recobró el habla y dijo al niño:
_ "Serás llamado profeta. Irás delante del Señor para preparar su camino."

Juan vivió mucho tiempo en el desierto preparándose para su  misión hasta que, un día, se dirigió al río Jordán y allí comenzó a bautizar. Los israelitas se introducían en el río y Juan derramaba un poco de agua en sus cabezas con una concha.

Juan, llamado el Bautista, vestía muy pobremente y sólo  se alimentaba de hierbas y miel silvestre. Los judíos querían saber si se trataba de un profeta, pero Juan siempre les decía:
_ "Yo preparo la llegada de alguien tan poderoso que no soy digno de postrarme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias."
_ "El Mesías está cerca. Preparad vuestro corazón para recibirle. Arrepentíos de vuestros pecados para que estén limpios vuestros corazones."

Juan predicaba y pedía a todos los judíos que hicieran penitencia por sus pecados. Al mismo rey Herodes le reprochaba que viviera en pecado. Y por eso le encarcelaron y el rey mandó matarle.


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