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domingo, 17 de marzo de 2024

SEMANA SANTA EN IMÁGENES

 

DOMINGO DE RAMOS

ÚLTIMA CENA

EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS

TRAICIÓN DE JUDAS

JESÚS ES DETENIDO

ANTE PILATOS

LE AYUDAN A LLEVAR LA CRUZ

JESÚS ES CRUCIFICADO

JESÚS NO ESTÁ EN LA CRUZ

JESÚS HA RESUCITADO

viernes, 8 de marzo de 2024

EXAMEN DE CONCIENCIA DEL PAPA FRANCISCO


El Papa Francisco ha insistido una y otra vez en que tenemos la magnífica noticia de ser hijos de un Dios que no se cansa de perdonar, pero también insiste en la necesidad de reconocernos hombres y mujeres necesitados de perdón porque somos pecadores. 
De ahí que un ejercicio espiritualmente saludable sea el ponernos delante de Dios y desandar tramos del camino de nuestra vida sin cerrar los ojos en aquellos trechos en los que aparecen baches, es decir, fallos o pecados que a veces nos cuesta reconocer. 
Y para hacer este ejercicio de revisión de vida o examen de conciencia -un ejercicio aconsejable al final del día antes de hacer una buena confesión-, el papa Francisco nos propone 30 preguntas a la luz de nuestra relación con Dios, con el prójimo y con nosotros mismos.


En relación con Dios
1. ¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad?
2. ¿Participo regularmente en la Misa los domingos y los días de fiesta?
3. ¿Comienzo y termino mi jornada con la oración?
4. Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de los santos?
5. ¿Me he avergonzado de manifestarme como católico?
6. ¿Qué hago para crecer espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago?
7. ¿Me rebelo contra los designios de Dios?
8. ¿Pretendo que Él haga mi voluntad?



En relación con el prójimo
9. ¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo?
10. ¿Juzgo sin piedad tanto de pensamiento como con palabras?
11. ¿He calumniado, robado, despreciado a los humildes y a los indefensos?
12. ¿Soy envidioso, colérico o parcial?
13. ¿Me avergüenzo de mis hermanos, me preocupo de los pobres y de los enfermos?
14. ¿Soy honesto y justo con todos o alimento la cultura del descarte?
15. ¿Incito a otros a hacer el mal?
16. ¿Observo la moral conyugal y familiar enseñada por el Evangelio?
17. ¿Cómo cumplo mi responsabilidad en la educación de mis hijos?
18. ¿Honro a mis padres?
19. ¿He rechazado la vida recién concebida?
20. ¿He colaborado a hacerlo?
21. ¿Respeto el medio ambiente?



En relación con nosotros mismos
22. ¿Soy un poco mundano y poco creyente?
23. ¿Como, bebo, fumo o me divierto en exceso?
24. ¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis bienes?
25. ¿Cómo utilizo mi tiempo?
26. ¿Soy perezoso?
27. ¿Me gusta ser servido?
28. ¿Amo y cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones?
29. ¿Nutro venganzas, alimento rencores?
30. ¿Soy misericordioso, humilde y constructor de paz?

jueves, 15 de febrero de 2024

LAS MURALLAS DE JERICÓ

Jericó estaba cerrada a cal y canto ante los israelitas. Nadie salía ni entraba.

El Señor dijo a Josué:
_ Mira, entrego en tu poder a Jericó y su rey. ‘Tú y tus guerreros marchen alrededor de la ciudad. Denle la vuelta una vez cada día durante seis días. Siete sacerdotes deben ir delante del arca y tocar sus trompas. Cuando den un toque prolongado, cuando oigáis el sonido de la trompa, todo el ejército lanzará el alarido de la guerra; se desplomarán las murallas de la ciudad y cada uno la asaltará desde su puesto.

Josué, hijo de Nun, llamó a los sacerdotes y les mandó:
_ Llevad el arca de la alianza y que siete sacerdotes lleven siete trompas delante del arca del Señor.

Y luego a la tropa:
_ Marchad a rodear la ciudad; los que lleven armas pasen delante del arca del Señor.

Después de dar Josué estar órdenes a la tropa, siete sacerdotes, llevando siete trompas, se pusieron delante del Señor y empezaron a tocar. El arca del Señor los seguía; los soldados armados marchaban delante de los sacerdotes que tocaban las rompas; el resto del ejército marchaba detrás del arca.
Josué había dado esta orden a la tropa:
_ No lancéis el alarido de guerra, no alcéis la voz, no se os escape una palabra hasta el momento en que yo os mande gritar.

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Dieron una vuelta a la ciudad con el arca del Señor y se volvieron al campamento para pasar la noche. Josué se levantó de madrugada y los sacerdotes tomaron el arca del Señor. Aquel segundo día dieron una vuelta a la ciudad y se volvieron al campamento. ASí hicieron seis días. El séptimo día, al despuntar el sol, madrugaron y dieron siete vueltas a la ciudad. A la séptima vuelta, los scerdotes tocaron las trompas y Josué ordenó a la tropa:

_ ¡Gritad, que el Señor os entrega la ciudad! Esta ciudad, con todo lo que hay en ella, se consagra al extrminio en honor del Señor. Sólo han de quedar con vida Rajab y todos los que estén con ella en casa, porque escondió a nuestros emisarios.

Sonaron las trompas. Al oír el toque, lanzaron el alarido de guerra. Las murallas se desplomaron y el ejército dio el asalto a la ciudad, cada una desde su puesto, y la conquistaron. Josué dijo: "Maten a la gente y quemen la ciudad con todo, menos la plata, el oro, el cobre y el hierro, que son para el tesoro del tabernáculo."





jueves, 25 de enero de 2024

QUIÉN FUE... GANDHI

Sus compatriotas le llamaban "Mahatma", un título sólo reservado en la India a los hombres sabios y que significa "alma grande". Su filosofía consistía en luchar contra las injusticias con una sola arma: la no-violencia. Con este método logró nada menos que la independencia de su país, que durante mucho tiempo había estado en poder del imperio británico. Mahatma Gandhi demostró al mundo que todo, hasta lo más difícil, se puede conseguir por medios pacíficos. Este hombre admirable, que siempre estuvo al lado de los más desfavorecidos, fue uno de los grandes personajes del siglo XX. 

¿Quieres conocerlo mejor? Pues sigue leyendo...


Mohandas Karamchand Gandhi nació en Porbandar (India) en 1869. Pertenecía a una acaudalada familia de comerciantes y, siguiendo la tradición hindú, cuando tenía trece años se concertó su matrimonio con Kasturba, una niña de su misma edad y posición social. Alos 19 años, el joven Mohandas fue enviado a Inglaterra a estudiar Derecho, todo un privilegio que muy pocos niños indios podían permitirse.

 En una ocasión, el joven abogado Gandhi adquirió un billete de primera clase para viajar en tren a una ciudad sudafricana. Pero no le fue permitido ocupar su asiento, pues quienes no eran de raza blanca sólo podían viajar en el vagón de equipajes. Aunque Mohandas hizo valer sus derechos como ciudadano, fue expulsado del tren sin contemplaciones. A partir de entonces, y durante veintiún años, Gandhi combatió el racismo imperante en Sudáfrica mediante el "satyagraha", un término que acuñó para expresar su filosofía de la "no-violencia" o, lo que era lo mismo, la resistencia pacífica ante las injusticias. El Gobierno sudafricano le encarceló en varias ocasiones, por la cantidad de adeptos que seguían sus doctrinas pacifistas.

Cuando regresó a su país, en 1915, Gandhi prosiguió en su lucha no violenta. Motivos no le faltaban. Por aquel entonces, la India pertenecía al poderoso imperio británico, que había conquistado el país a mediados del siglo XIX. Los indios querían recuperar su independencia, y Gandhi lideró la campaña -siempre pacífica- para lograrlo. Tras numerosas estancias en la cárcel, varias huelgas de hambre y el éxito de una gigantesca marcha popular -a lo largo de 400 kilómetros- convocada por el líder pacifista, Gandhi consiguió su objetivo: en 1947, Gran Bretaña devolvía la independencia al país, aunque dividiéndolo en dos estados: India y Pakistán. Ello provocó grandes revueltas entre hindúes (indios) y musulmanes (paquistaníes). Gandhi hizo constantes llamadas a la reconciliación, y ello le costó la vida: murió a manos de un extremista hindú. Hasta el último momento de su vida, como ves, mantuvo en alto su admirable filosofía de la paz.


La "rebelión pacífica" de Gandhi causó admiración en todo el mundo y numerosas personalidades le mostraron públicamente su apoyo, como el genial Charles Chaplin, entre otros muchos.  

 
Aún con su inmenso poder y prestigio, Gandhi vivió con extrema sencillez y austeridad. Se vestía con la ropa característica de los más desfavorecidos, evitó cualquier posesión material y siempre se comportaba con suma modestia. De hecho, se definía como "una pobre alma extraviada que se esfuerza en ser totalmente buena".