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miércoles, 6 de diciembre de 2023

EL CUENTO DE LAS CUATRO VELAS DE ADVIENTO

Por fin había llegado el último domingo de adviento y en la casa lucían las cuatro velas de la corona de adviento, colocada sobre la mesa del comedor como cada año.

Ya era tarde, cerca de la media noche y en ese momento reinaba un silencio absoluto en el cuarto, y tal era el silencio, que se podía oír hablar aunque muy bajito a las velas.

La primera vela, la que más tiempo llevaba ardiendo, lanzó un profundo suspiro y con tristeza dijo -Me llamo PAZ. Mi luz brilla, pero los hombres no viven en paz. Ellos no me quieren- Y la vela empezó a perder poco a poco intensidad, hasta que terminó apagándose.

La segunda vela dijo entonces -Yo soy la luz de la FE, pero veo que aquí estoy de más. Los hombres ya no creen más que en cosas materiales, banales y en los divos y diosecillos de moda del momento. Ya no tiene sentido que siga encendida- Y poco a poco se fue apagando.

La tercera vela dijo con voz mustia y apagada -Yo soy el AMOR, y ya no tengo fuerzas para seguir luciendo. Los hombres me han echado a un lado, solo se fijan y piensan en sí mismos y no en los demás, sin darse mutuamente cariño y amor- Y al momento también se apagó.

A esto entró el pequeño de la casa cantando alegre en la habitación, para ver por última vez en la noche las velas de la corona encendidas y... mirando primero asombrado y luego entristecido, dijo con voz apesadumbrada -Pero bueno, ¿qué os pasa velas?, vosotras tenéis que lucir y no iros apagando poco a poco una a una-.

Entonces se oyó decir a la cuarta vela con voz tranquila, firme y segura, al ver al niño con lágrimas en los ojos y a punto de llorar -¡No tengas miedo! Mientras yo luzca y esté encendida nada está perdido, pues podremos encender nuevamente a las otras velas, pues mi nombre es... ESPERANZA-.

Entonces sonrió el niño y cogiendo una cerilla apagada que había encima de la mesa, la acerco a la vela encendida, la que se decía llamar Esperanza, la prendió y acercándola una a una a las otras tres velas, consiguió que todas volviesen a arder y lucir, quizás con más fuerza y brillo que antes.




domingo, 3 de diciembre de 2023

¿QUÉ ES EL ADVIENTO?

El Adviento dura cuatro semanas y siempre es un momento muy esperado e importante para los cristianos, porque es el inmediatamente anterior a la celebración de la Navidad, y la gente se pone muy contenta. ¿Y por qué? -pensaréis-.

Pues porque el Adviento significa llegada, llegada de Jesús al mundo con su nacimiento, y pasa lo mismo que cuando esperamos a alguien a quien queremos mucho: estamos contentos y nos preparamos lo mejor posible para que esa persona esté contenta con nosotros. Pues con Jesús es lo mismo: rezamos, nos llenamos de alegría, pensamos en Él y en todo lo bueno que traerá su presencia.

Vivir el Adviento en estos días significa también pedir por la paz. Cuando Jesús vino al  mundo, hace ya más de 2.000 años, vino por amor a los hombres y para darnos la paz y la libertad que tanto ansiamos y no podemos conseguir nosotros solos. Adviento es esperar que Jesús nos traiga la paz, tan necesitada en el mundo.

Debemos por tanto, rezar especialmente por el fin de las guerras en todo el mundo. La esperanza en su llegada no nos la puede quitar nadie. Recemos, pues, por la paz, que sólo Jesús puede darnos, en este tiempo de Adviento.