La Cuaresma es un tiempo o camino de preparación en el cual los cristianos nos preparamos para disfrutar la Pascua.
Dura 40 días, los mismos que Jesús se retiró al desierto a orar. La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia.
Comienza el Miércoles de Ceniza y termina la tarde del Jueves Santo.
En la procesión del Domingo de Ramos se bendicen las palmas y los ramos de olivo con los que acompañamos a Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén. Algunas palmas y ramos los guardamos para quemarlos al año siguiente. Así se obtiene la ceniza, que después de bendecida, nos imponen al inicio de la Cuaresma.
La ceniza significa todo lo que queremos quemar de nuestra vida, como nuestro egoísmo, falta de amor...
Como es un tiempo de preparación como el Adviento, su color es el morado. La casulla y la estola del sacerdote son de ese color.
Cada cristiano debe buscar cada día espacios de silencio y soledad para encontrarse con él mismo y con Dios.
Junto con el desierto y la oración, el ayuno nos ayuda a hacer penitencia, para revisar nuestra vida y buscar sinceramente a Dios.
El ayuno es abstenerse de comida y bebida. Y también es hablar menos, no gastar en cosas innecesarias o caprichos, perder menos tiempo frente a la televisión, trabajar mejor, ayudar a los demás, hablar con Dios, etc. Va unido a la limosna, a ser generosos con los demás.
En resumen, ponerse las pilas para que vivamos como cristianos que somos.
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