1. LA PREPARACIÓN
Cada encuentro de catequesis con un grupo debe ser preparado cuidadosamente.
Los catequistas de un mismo año de catequesis deben reunirse regularmente -una vez al mes o a la semana- para preparar las catequesis.
Días antes al encuentro de catequesis el catequista tiene que encontrar tiempo personal para:
- Retomar el tema de la catequesis, recordando las reflexiones hechas con los otros catequistas.
- Determinar el desarrollo de la catequesis
- Hacer él mismo lo que propondrá a los catequizandos
- Orar y asimilar el tema de la catequesis
El día de la catequesis todo debe estar preparado un cuarto de hora antes de empezar:
- Verificar que el ambiente esté limpio y acogedor
- Encender la calefacción si es necesario
- Preparar el papel, lápices, cartulinas... para la actividad y la oración
- Llevar una Biblia, el libro de catequesis...
2. LA ACOGIDA DE LOS CATEQUIZANDOS
Cada niño debe sentirse personalmente atendido y escuchado.
Acojamos a cada catequizando por su nombre.
Dediquemos algunos minutos al comienzo de la catequesis para intercambiar noticias, mirar los cuadernos, ver que han llevado...
Demos a cada uno tiempo para que prepare sus materiales de trabajo.
Pidamos noticias e información sobre los ausentes.
Hablar con los padres que llevan a sus hijos a catequesis.
3. LOS DIVERSOS MOMENTOS DE UNA CATEQUESIS
La atención de los niños es breve. Se deben usar medios pedagógicos dinámicos y variados.
Cada catequesis comprenderá distintas secuencias de diversa duración (de 5 a 15 minutos). Indicamos algunos:
_ Momento de acogida: una palabra personal a cada uno, intercambio de noticias...
_ Momento de lanzamiento del tema: presentación del tema, qué descubrimos el último día...
_ Momento de lectura: texto bíblico, testimonio de algún personaje, poesía, artículo periodístico...
_ Momento de apropiación y de re-expresión de aquello que se ha descubierto: a través de dibujos, gestos, paneles...
_ Momento de interiorización: oración, cantos, silencios...
Estos momentos no se suceden siempre en el mismo orden. No es obligatorio que estén todos en cada catequesis.
4. DIÁLOGO Y PREGUNTAS
En el desarrollo de los encuentros, el catequista y los catequizandos crecen juntos en su relación con Dios.
El diálogo en el grupo es indispensable. Para favorecerlo se debe:
_ Mirar al que está hablando
_ Ser capaces de reformular aquello que se ha dicho
_ Hacer preguntas y suscitarlas
Una pregunta puede ser abierta o cerrada. La "abierta" requiere respuestas variadas, suscita una reflexión. La pregunta "cerrada" requiere una sola respuesta.
Hagamos una sola pregunta cada vez. No tengamos miedo a un tiempo de silencio después de la pregunta.
Si emergen varias preguntas a la vez, escribámoslas.
5. SITUACIONES DIFÍCILES
Puede presentarse varias dificultades. Frecuentemente se derivan de los mismos catequizandos:
- Son numerosos: busquemos de hacer subgrupos a la hora de estudiar un texto, de hacer una actividad...
- No están muy motivados: confiemos alguna responsabilidad.
- Son tímidos: preveamos un breve tiempo de reflexión personal antes de una discusión en grupo; propongamos que escriban la respuesta o se la digan al oído al catequista.
Tiene graves problemas (sociales, psicológicos, familiares...) es necesario una pedagogía adaltada a cada caso.
6. DESPUÉS DEL ENCUENTRO DE CATEQUESIS
Es indispensable hacer una breve revisión "para mejorar el propio servicio catequístico".
Después de cada catequesis: anotemos las reacciones de los catequizandos, el modo como hemos vivido el encuentro...
Evaluemos regularmente nuestra praxis catequética, solos o con otros.
Tres puntos a tener en cuenta:
- El catequista desarrolla una función de animación del grupo: cómo ha sido nuestra acogida, hemos favorecido el respeto de las normas del grupo...
- El catequista desarrolla una función enseñante: cómo hemos ayudado a los catequizandos a acceder al texto bíblico, cómo los hemos iniciado en el vocabulario cristiano, cómo los hemos hecho descubrir los testimonios de fe...
El catequista desarrolla una función de testimonio: ¿hemos anunciado de verdad la fe de la Iglesia (o nuestras ideas personales)?...