Aunque sabemos cómo llamó Jesús a muchos de sus apóstoles, desconocemos cómo conoció a Judas, que probablemente no era pecador sino un hombre de cierta educación y cultura, natural de un pueblo de Judea llamado Iscariot.
Cuando María Magdalena con un tarro de perfume ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos, Judas dijo: "¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres".
Jesús aprovechó la ocasión que le daba Judas para recordarle cuál sería su papel en los momentos de la Pasión: "Déjala y que lo guarde para el día de mi sepultura. Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis".
Judas Iscariote debió haber sido administrador ya que era quien llevaba la bolsa del dinero en el grupo de los 12 apóstoles. Los evangelios lo tratan de avara, pero éstos se escribieron después de su traición a Jesús y puede que no lo fuera tanto.
Debió ser un apóstol más pero lo que iba a hacer recibió duras palabras de Jesús: "¿No os he elegido yo a vosotros, los Doce? Y uno de vosotros es un diablo". El evangelista dice que hablaba de Judas, porque le iba a entregar.
Un día, Judas se fue a hablar con los sumos sacerdotes y les dijo: "¿Qué queréis darme y yo os entregaré a Jesús?" Ellos le asignaron treinta monedas de plata. Y él andaba buscando cómo entregaría a Jesús en cuanto se le presentara la ocasión.
Y la ocasión se presentó en el Huerto de los Olivos. Allí apareció Judas con los soldados, y para que éstos supieran quién era Jesús, pues era de noche, se acercó y le dio un beso. Jesús le dijo: "Amigo, con un beso entregas al Hijo del Hombre".
Después, Judas, acosado por el remordimiento, devolvió las monedas. Pero son confiar en el perdón de Jesús, como haría San Pedro tras negarle tres veces, Judas se ahorcó convirtiéndose en el ejemplo más triste de traición a un amigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario